El llanto escondido en la lluvia, la luz tenue que adormece el dolor.
-Estoy bien, solo estoy cansado-. Pensó.
La lluvia lo golpeaba en el rostro, pero quería seguir viendo la luz de los faroles en lo alto, ver cómo las gotas casi infinitas caían una tras otra, apenas podía mantener los ojos abiertos. Las calles vacías, apenas transitadas por personas, que caminaban de forma apresurada.
Quisiera estar en mi cama, pensó. Creo que nunca fui del tipo de persona que disfruto de una fiesta o de estar fuera, prefiero la privacidad, la música y unas luces navideñas viejas que cuelgan en una de las paredes de mi vieja habitación. Joder como necesito no hacer nada, fundirme en las sabanas de mi cama, respirando sin preocupaciones.
Siguió caminando casi de forma automática, cruzó la calle, apenas volteo a los lados. Después de conseguir lo que había salido a buscar, regreso al trabajo. Después de todos los lugares en los que había estado, este no era tan molesto, era tolerable, casi agradable. Pero el miedo constante de arruinarlo siempre estaba acechando.
Termino el dia, regreso a retomar las tareas pendientes, entró a su habitación, todo seguía en el suelo, la ropa colgando en todos lados, platos con residuos de comida, la taza que le había regalado aun con el café de la mañana.
Incluso el sentimiento de necesitarlo todo el tiempo, seguía ahí... esperándolo. -Me siento bien, pero tengo miedo-. ¿Qué es esto?, porque sigo sintiendome asi. Me gusta sentirme querido, pero ¿sé acaso corresponder?.
No hacían falta los comentarios de sus amistades, pero eso qué importa. Uno al final se encariña, y quien sabe hasta se enamora de alguien, por como lo hace sentir. No se ponía a pensar en cosas cursis, porque eran un extra. El hecho era que se había acostumbrado a él, y no podía negarlo.
La lluvia lo golpeaba en el rostro, pero quería seguir viendo la luz de los faroles en lo alto, ver cómo las gotas casi infinitas caían una tras otra, apenas podía mantener los ojos abiertos. Las calles vacías, apenas transitadas por personas, que caminaban de forma apresurada.
Quisiera estar en mi cama, pensó. Creo que nunca fui del tipo de persona que disfruto de una fiesta o de estar fuera, prefiero la privacidad, la música y unas luces navideñas viejas que cuelgan en una de las paredes de mi vieja habitación. Joder como necesito no hacer nada, fundirme en las sabanas de mi cama, respirando sin preocupaciones.
Siguió caminando casi de forma automática, cruzó la calle, apenas volteo a los lados. Después de conseguir lo que había salido a buscar, regreso al trabajo. Después de todos los lugares en los que había estado, este no era tan molesto, era tolerable, casi agradable. Pero el miedo constante de arruinarlo siempre estaba acechando.
Termino el dia, regreso a retomar las tareas pendientes, entró a su habitación, todo seguía en el suelo, la ropa colgando en todos lados, platos con residuos de comida, la taza que le había regalado aun con el café de la mañana.
Incluso el sentimiento de necesitarlo todo el tiempo, seguía ahí... esperándolo. -Me siento bien, pero tengo miedo-. ¿Qué es esto?, porque sigo sintiendome asi. Me gusta sentirme querido, pero ¿sé acaso corresponder?.
No hacían falta los comentarios de sus amistades, pero eso qué importa. Uno al final se encariña, y quien sabe hasta se enamora de alguien, por como lo hace sentir. No se ponía a pensar en cosas cursis, porque eran un extra. El hecho era que se había acostumbrado a él, y no podía negarlo.
"It's hard to write about being happy I find that happiness is an extremely uneventful subject. But the loneliness never left me I always took it with me but I can put it down in the pleasure of your company".
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