Algún rencor olvidado.

Triste y enojado, confundido e incomprendido. Quisiera poder arrancarme el concepto del corazón que tengo en la mente y dejar de sentir este dolor en el pecho. 

 Soy un hombre de 25 años que sabe lo que hace y sabe lo que necesita, pero que es un sucio cobarde. 

Un cobarde por aceptar la mierda, por dejar que las
desiciones
de otros me afecten, me afecten de manera que me hacen sentir tanta miseria y desesperación

Yo no puedo controlar a alguien, pero siento que me dejo controlar. Siempre estoy, siempre doy. No es una oda al reclamo a la queja, es una declaración de guerra a la mierda ajena, al esperar tan fervientemente solo para leer un "podes sufrir si
queres
", de un sucio ebrio que a veces suele ser el más maduro responsable y respetable, y otras el pervertido más maldito y repugnante que existe. 

 Conozco el lado sensible y los ojos de poeta, los ojos del niño inocente con miedo, el que solo quiere abrazar su peluche, el peluche que ha sufrido con él. Pero de la inocencia a la perversión solo hay una moneda de distancia. No voy a escarbar en la tierra para buscar una razón que me haga justificar mi sufrimiento, soy el único responsable y eso es suficiente, pero que Dificil es aceptar y reconocer que la solución es abandonar. Hoy me sentí tan impotente y tan triste de ver a los ojos a mi papá y saber que no puedo ayudarlo que no puedo luchar sus batallas, que sufre por los fantasmas de su constante infidelidad, los mismos que le recuerdan que aún puede salir del hoyo en el que esta. Le di el dinero que me pidió y logre aliviar su deuda, pero hoy con pena y con una mirada de agradecimiento total me devolvió la plata con intereses. Presiento que no tengo el afecto que debería, pero que en el fondo él y mi mamá saben lo que soy y aunque tengan miedo de reconocerlo sé que me cuidaran con sus vidas. Cada noche cuando hago una pequeña oración me invade el pensamiento de lo frágiles que somos. Fragilidad que me hace caer en un espiral de angustia haciéndome reconocer lo insignificantes que son los problemas de mi vida. De sentir que me ahogo en mis pensamientos, de sobre pensar las decisiones de seguir sintiéndome triste y solo, aun estando con compañía. Me siento satisfecho de que pude ayudar a que su navidad no fuera triste, o al menos tengo la impresión de que no lo fue.  

Constantemente trato de recordarme que estoy bien, que debo ver dentro de y de redescubrir que siempre fui suficiente. Son las 231AM del 31 de diciembre del 2020. Hoy sentí que podia acabar con mi vida y que eso estaba bien. Siempre pensé  que los chistes sobre el suicidio tenian tonos de ironía que acertaban con el sentimiento de querer hacerlo.

Pero no quiero ver a mi papá llorando, siempre me hacer recordar el día que su mamá falleció, el día que yo debí darle consuelo y abrazarlo, pero en lugar de eso el se contuvo y me consoló a , me pregunto que si lloraba por alguien? él sabía que no lloraba por mi abuela, y llore en su hombro, me sentí como la peor basura que existe, y tuve el maldito descaro de sentir que yo era lo más importante ese día, que el consuelo y la atención tenían que estar sobre .

He llorado y me desconozco, he llorado por razones especificas, razones que hace unos años me hubieran hecho rodar los ojos y seguir con lo que fuera estuviese haciendo, me siento incomprendido, me siento perdido, las lagrimas siguen saliendo de mis ojos. No quiero que esto comience a convertirse en una de mis típicas quejas llenas de palabras rebuscadas que a nada me llevan, quiero un poco de desahogo nada más.Yo y mi eco. Ya no espero nada de el, hace unos meses entendí y lo sigo teniendo claro. Quiero seguir trabajando, quiero pagar mis gastos, quiero regresar a esas tardes donde tomaba té mientras veía paisajes desolados, mientras jugaba en 3ds, mientras no sentía más que el sabor del té haciendo cosquillas en mi garganta.

El tiempo no regresa, eso ya lo tengo claro, ser un adulto, ser este tipo de adulto, me ha dejado muchas experiencias, experiencias que ni siquiera voy a clasificar. A veces creo que el JosePablo tiene razón, a veces siento que debería volver a ser el maldito cínico que era, el que dejaba y sabia que era el mejor momento. Escribir me hace bien, aunque siempre quedo insatisfecho, insatisfecho de los resultados. Pero escribo para , escribo para aliviar la tensión y las frustración. Escribo para que el tiempo siga y me haga sentir mejor. Aún quedan muchas cosas que quiero decir, aún quedan muchas cosas que quiero hacer.


"Y me creí tan especial Qué ingenua mi torpeza Y me sentí tan esencial Qué ingenua mi vergüenza Me olvidaste Por mi parte Qué mediocre"


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