Resignación
Con el corazón pesado, y con el estómago lleno de acero, me siento a pensar en las cosas que podria hacer y donde podría estar si no fuera tan ingenuo y perezoso. ¿Es el plan divino? o ¿Son las consecuencia de actos que se hacen y dejan de hacer?
Una de esas señoras que tuvieron miedo todo el tiempo de quedarse solas y prefirieron aceptar el engaño y el constante dolor que les causaba su marido infiel. Los patrones no se heredan, pero el amor más allá de reacciones químicas dentro del cerebro, es una situación masoquista que elegimos por miedo a estar solo.
Después de muchos encuentros y choques voy palpando el relieve de las heridas que me han quedado en el pedacito de alma que aun tengo. En este punto de mi vida llegar a cumplir 25 años con esta tristeza provocada es un chiste malo. En un recuento de mis malos momentos estar solo y tener un trabajo donde nadie me hablaba no era tan malo, buscar encuentros casuales y sin dolor post ilusión emocional no era tan malo.
Me doy cuenta que la vida se trata de dar siempre algo a cambio, la alquimia tan injusta en la que no se puede tener todo es evidente cada día. Y en comparación con las penas de otros, las mias son insignificantes, pero quien mas podria llevar mis penas, si no yo mismo. El miedo a la oscuridad que supere, el miedo a los borrachos que se convirtió en una fascinación por el acceso al libertinaje que el alcohol proporciona.
Mi defecto de sobrevalorar, mi falta de disciplina. Mis quejas, mis dolores, mis penas, mi mal humor, mi sarcasmo, mi egocentrismo, mi egoísmo, mi cinismo, mi masoquismo, mi desesperación por llamar la atención y ser validado. Conocí gente que me aprecia y que me hace sentir realizado en el sentido social. A cambio pierdo mis hábitos autodestructivos de quedarme frente al computador sin hacer nada "productivo", a sentirme inútil y deprimido. En algunas ocasiones ser egoísta pareciese ser la única forma de evitar heridas en el corazón. Esta será la promesa de no volverlo a mencionar aquí.
Hombrecito salvaje y rudimentario que ama con el corazón pero piensa con el pene. Que tiene los ojos del muchacho triste, y el corazón de poeta, pero que no lo salva de querer eyacular y dormirse satisfecho aunque se lleve entre las piernas la confianza y el amor sincero.
Una de esas señoras que tuvieron miedo todo el tiempo de quedarse solas y prefirieron aceptar el engaño y el constante dolor que les causaba su marido infiel. Los patrones no se heredan, pero el amor más allá de reacciones químicas dentro del cerebro, es una situación masoquista que elegimos por miedo a estar solo.
Después de muchos encuentros y choques voy palpando el relieve de las heridas que me han quedado en el pedacito de alma que aun tengo. En este punto de mi vida llegar a cumplir 25 años con esta tristeza provocada es un chiste malo. En un recuento de mis malos momentos estar solo y tener un trabajo donde nadie me hablaba no era tan malo, buscar encuentros casuales y sin dolor post ilusión emocional no era tan malo.
Me doy cuenta que la vida se trata de dar siempre algo a cambio, la alquimia tan injusta en la que no se puede tener todo es evidente cada día. Y en comparación con las penas de otros, las mias son insignificantes, pero quien mas podria llevar mis penas, si no yo mismo. El miedo a la oscuridad que supere, el miedo a los borrachos que se convirtió en una fascinación por el acceso al libertinaje que el alcohol proporciona.
Mi defecto de sobrevalorar, mi falta de disciplina. Mis quejas, mis dolores, mis penas, mi mal humor, mi sarcasmo, mi egocentrismo, mi egoísmo, mi cinismo, mi masoquismo, mi desesperación por llamar la atención y ser validado. Conocí gente que me aprecia y que me hace sentir realizado en el sentido social. A cambio pierdo mis hábitos autodestructivos de quedarme frente al computador sin hacer nada "productivo", a sentirme inútil y deprimido. En algunas ocasiones ser egoísta pareciese ser la única forma de evitar heridas en el corazón. Esta será la promesa de no volverlo a mencionar aquí.
Hombrecito salvaje y rudimentario que ama con el corazón pero piensa con el pene. Que tiene los ojos del muchacho triste, y el corazón de poeta, pero que no lo salva de querer eyacular y dormirse satisfecho aunque se lleve entre las piernas la confianza y el amor sincero.
“How many times have people used a pen or paintbrush because they couldn’t pull the trigger?"
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