Vivir es una bendición, morir es una experiencia.


 Es tan patético que tenga que escribir desde el móvil mientras escucho antología de Shakira.

 Aprendí que estando ebrio soy más emocional, más expresivo y más humano.

 Me gustaría alcanzar ese nivel de expresión tan puro, de los earlies 2000. 

Me siento tan avergonzado, me siento tan frágil, me siento tan intimidado. Me da tanto miedo perder el control, pero me siento tan feliz cuando lo pierdo. Me siento tan libre y tan emotivo, puedo ver las emociones de los demás flotando en todo el cuarto. 

Deje de escribir y de leer por tanto tiempo. Siento vergüenza de solo pensar que el zopilote espera tanto de mí y que no logre nada. 

Solo conseguí nuevas heridas y nuevas cicatrizes, para disimular el dolor comencé a jugar con mis cartas  perdido en un laberinto. 

Es 2024 y en un parpadeo soy un viejo, un viejo sin sentido un viejo ridículo. 

No sé qué es la vida, no sé qué es vivir con sentido. 


Solo quiero que la gente que quiero esté bien. Solo quiero quitarles el dolor y cargar con sus cruces, porque el egoísmo es empatía y la empatía es egoísmo. 

Quiero vivir en una pintura al óleo donde se aprecie un bosque de pinos, cubierto por el viento del invierno. Quiero vivir en una casa donde estén todos los perros que me arrebató la vida, quiero estar en ese momento eterno donde el cielo era azul y la música de piano sonaba de forma gentil y no dejaba existir nada más que la paz y el radio viejo que hacía sonar música que me hacía sentir tranquilo.

Puros arrebatos y puras ideas sin sentido.



Te quiero, espero que leer esto te haga sentir bien. Que te haga sentir en casa, que te proteja y te haga querer vivir. Todo puede ser una mierda, pero vivir es una bendición. 




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