Matando el tiempo en un domingo de Julio

 Cosas que me enojan y me rompen el corazón, acabo de perder varios juegos en mi Nintendo switch, y no solo es el dinero desperdiciado es el tiempo y el esfuerzo. Luego un ascenso negado, no puedo culpar a nadie. Sencillamente no es el tiempo para eso y está bien. Aún queda una esperanza, y si eso tampoco funciona pues tendré que seguir haciendo lo que hago por un poco más de tiempo. He aprendido que todo pasa por una razón, y gracias a esa mentalidad he logrado superar muchas decepciones. Casi un año en este trabajo desde mi habitación, como si nada volteo y recuerdo que comenzó como una mala idea, pero desde el inicio nunca tuve expectativas. Conocí gente nueva a través de este nuevo método de trabajo, gente con la que he hablado casi a diario. 

No había publicado aquí desde hace tiempo, no tenía las ganas o el ingenio para poder escribir algo. Mi tiempo ahora se resume a dormir, mucho. Cosa que me causa problemas con él. No voy a discutir eso, solo me da dolor de cabeza y me incomoda... Como casi todo. No me incomoda aceptar que me siento mezquino e indiferente a las cosas que deberían gustarme. Las quejas me salen de forma natural y ni siquiera las noto, creo que con el tiempo se vuelve cansino para los demás. Pero no para mí, hace unas semanas me dijeron que mi problema, como si fuese un problema, no era que me viera afeminado o que fuese demasiado gay, (o como dijo José Pablo no te ves lo suficiente gay) si no que era una persona "llena de mierdas". Pero que a pesar de eso era cae bien y buena gente y que por esa razón la gente obviaba mi forma de ser, la forma de ser negativa y quisquillosa. Según Google "extremadamente delicado". Delicado sí, pero un poco contradictorio como todo en la vida. 

Escribo esto para matar un poco el tiempo, aun me faltan dos horas del shift. Debo concentrarme más y superar errores sencillos. También escribo para poder calmar la ansiedad, ansiedad causada por la falta de entradas en este blog. 

Ahora entrando a temas de adultos, tengo un libro nuevo que leo por pocos, relatos cotidianos y escritos con el lenguaje de hace más de un siglo de antigüedad, sin contar que esta traducido al español y revisado por un traductor y un editor. Las cosas de adultos ahora son lo que hago, trabajar, pagar deudas, salir a comer con mi novio, caminar por los centros comerciales, comprar cosas innecesarias, preocuparme por el futuro, pensar en la muerte y al final solo quedarme en el mismo lugar. 

Extraño la universidad, y no por el perdido sentimiento de querer aprender algo, si no por la atención y la validación, trato de recordar la vez que aprendí algo útil, tristemente fue en el primer año de la carrera cuando aún no sabía hacer cosas de adulto. 

Al menos no dedico mi cuento a una marca en la pared, o a la descripción de las flores que en lugar de ser objetiva se vuelve abstracta y que mata la belleza que no debería ser contada. 

Voy a detener esto aquí por la mera razón de que no necesita ser más largo. 



¿Para qué sufrir si no hace falta? 


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