El sueño de la razón que produce monstruos

Soy un tipo desesperado que le molesta que las cosas no pasen rápidamente, que siente que el mundo no lo merece y luego se encierra a sentirse miserable. Nunca pensé que me iba a convertir en una persona con resentimiento. Jamás imaginé que iba a ser una persona que guardaría  rencor o dolor en el pecho cada vez que recordara un momento desagradable en su vida. Aprendí tantas cosas durante los últimos años, aprendí a ser un observador y apreciar el calor de una emoción o el frío de una indiferencia, me convertí en el público del cine que es mi vida.

No intervine, estar sentado en un bus sintiendo la pena de estar solo, pero la bendición de estar consciente que solo yo podía cambiar esa situación  y nadie más. Me ayudó a ser una persona diferente que puede reconocer que se siente triste o feliz y no hacer nada al respecto.

Detuve el juego varias veces, pensé en estar listo para continuar, creo que no lo estoy, siento un ancla en cada pie. Siento que necesito recordarle a mi mente que no se puede poseer a nadie, que puedo amar y ser amado pero no poseer y ser poseído. Mi derecho a estar solo, mi individualidad, trato de aferrarme a la belleza de la escritura o el cine, gracias al zopilote me siento importante, trato de distraer el dolor que siento, creo que compartimos eso al final del día, a sentirnos solos y miserables pero al mismo tiempo poder apreciar esa incomodidad tan absurda.

Sé que algo está mal... y sé que no cambiara, que debo terminar de comprender que somos humanos y que no somos más que un montón de inseguridades guardadas en un saco de piel y cosas asquerosas.

La maldita obra en la que he convertido mi vida, ya no me preocupa el trabajo ya no siento esa angustia o ansiedad que sentía antes, sé que soy bueno en lo que hago, y sé que no me lleva a ningún lado. Sé que me ayuda a vivir el momento. Un maldito millennial al final.

Me siento roto e incomprendido, siento que tengo todo y nada a la vez, veo el vacío y me da la espalda, siento el futuro tan ominoso y tan poco relevante en este momento. Me quedaré callado y seguiré trabajando duro, seguiré enfocado en terminar las cosas que me atormentan, no ignorandolas enfrentandolas. A ceder. A vivir, a sentir el momento bueno o malo, a entender que soy un hombre con una mente tan insignificante en un mundo decadente y extraño.

No quiero ser sobrevalorado, en este momento tan lúcido y contradictorio de mi vida, quiero amar y no esperar nada  a cambio, a no sentirme superior sobre el pecado a no engañar al pedazo de alma que tengo, y lo que tengo claro es que no existe duda sobre la falta de remordimiento sobre mis acciones,
gracias a ellas soy el hijo de puta que puede sentarse a escribir, y que de vez en cuando logra hacer algo bueno y sentirse conmovido con su propia mierda. Ni siquiera fingiendo modestia, soy malo en esto y al final lo sigo haciendo por pura tortura.

Tortura placentera amarrada al vino, al café, al té y al chocolate que hace que engorde y me de asco al verme siempre en los reflejos. Me pregunto si algun dia alcanzare al tipo que a veces creo ser...







They write that I'm happy, they know that I'm not

But at best, you can see I'm not sad



Comentarios

Entradas populares de este blog

Después de todo siempre volvemos a lo mismo

La textura de la tristeza

Matando el tiempo en un domingo de Julio