Elizabeth Comstock, la crónica de una muerte olvidada

DISCLAIMER: Fanático obsesivo de Bioshock que da su opinión y sentir sobre la "conclusión" de la espectacular saga Creada por Ken Levine junto a su equipo. Desvaríos y tintes de una personalidad aún en desarrollo. Cualquier comentario relacionado al post es bienvenido.


Momentos desesperados, me siento frente a la computadora, son las tres de la tarde con cincuenta y nueve minutos, escuchando esta música tan melancólica y efervescente, pensando en la vida que llevo, que es lo que estoy haciendo, y a dónde voy. Después de una noche llena de emociones infantiles y poco realistas jugando los últimos DLC de Bioshock Infinite trato de pasar el dia solo viviendo. No quiero tomar este blog como un diario de catarsis en el que si me siento mal solo escribo y espero a sentirme mejor después del desahogo textual.

Presiento que las muertes de muchos son solo recordatorios de que el tiempo se nos acaba. Elizabeth muere pagando su deuda, yo sufro al ver que tanto esfuerzo en tantas dimensiones y vidas posibles fue simplemente en vano, pensando que al final tenía opción, cuando sencillamente nunca la tuvo.

La vie en rose suena, con una voz dulce y casi al punto de quebrarse. Yo no pude evitar soltar un par de lágrimas, realmente estaba comprometido. Después de vencer una horda de Splicers llenos de ira y locura. Usar los plásmidos de forma excepcional como trampas; y de congelar y quebrar en pedazos a esos pendejos que se teletransportan de un lado a otro. Al final ver como lentamente vas entendiendo que el destino que le esperaba era oscuridad, es inevitable sentirse miserable. Tener la falsa esperanza de que lograras vencer a Atlas y aplastarle la cabeza al punto de sentirse orgasmicamente satisfecho, es solo una falsa y vacía promesa que la mente espera suceda. Realmente olvide que Atlas muere a manos de las little sisters y Jack al final del primer juego.

Sin embargo conocer el origen de toda esta historia distópica desesperada y mojada (porque estamos bajo el agua *ba dum tss*) es simplemente fascinante, ser testigo de como la paradoja del tiempo y los universos alternos conspiran para crear caos e incertidumbre es mágicamente inspirador. Por ahi lei que Ken Levine estaba simplemente harto de trabajar en Bioshock, supongo se dio cuenta del tremendo monstruo que creó.

Son de las situaciones que han marcado mi vida de forma significativa, personajes de ficción que traspasan a la realidad y me hacen ver la cruda realidad que involucra el deseo tan humano que reside en cada uno de nosotros.

El momento en el que veo a Elizabeth viviendo en París, con esa música tan de fantasía sonando al fondo rodeada de toda esta gente tan amigable, fue tan irreal, fue un momento con el que me identifico cuando algo realmente agradable pasa y la perra que es mi subconsciente me dice: "no lo mereces".

Quiero decir que es un personaje realmente bien desarrollado, que goza del poder de la omnipresencia y la visión en todos los planos del tiempo. Que nunca se antepone como un Dios que controla o manipula, sino que solo trata de ayudar y ser feliz. Pero el destino no es amable, y ella lo sabe, sabe que hay consecuencias y maduramente las afronta aunque acarrea la muerte una y otra vez, y que el único amigo que tuvo fue su propio verdugo convertido en dictador religioso, versión imaginaria de consejero y últimamente un padre protector.

No hay palabras para describir el sentimiento tan amargo y liberador que experimente durante el final de la segunda parte de panteón marino. Es una visión oscura y cruda tan amarga y devastadora, pero es la mejor muestra de que todo acto tiene consecuencias. Y que escapar de la realidad solo acarrea sufrimiento y felicidad efímera.

Es un mundo complicado y lleno de enigmas, pero ahora solo quiero tratar de reponerme después de tremenda revelación. No puedo solo sentirme feliz porque Sally haya sido rescatada, simplemente no puedo. Nunca olvidaré el sacrificio de Elizabeth Comstock, mi Elizabeth.


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